jueves, 10 de febrero de 2011

Denise Dresser pide a MVS rectificar por caso Aristegui-- Redacción/SDP |


Denise Dresser envió una carta al dueño de MVS, Joaquín Vargas, solicitando que acepte la propuesta de Carmen Aristegui para retomar su espacio matutino en esa cadena radial, señalando que la decisión de despedir a Aristegui va en contra de los intereses de MVS como empresa y en contra de los de la presidencia, que ahora tendrá más dificultad para convencer a la opinión pública de que Felipe Calderón no tiene un problema de alcoholismo.

Dresser pide a MVS rectificar por caso Aristegui. Foto: Iván Stephens/Cuartoscuro
La investigadora Denise Dresser envió una carta a Joaquín Vargas, dueño de MVS, solicitando que acepten la propuesta de Carmen Aristegui para regresar a su programa de radio en esa emisora.
La carta, disponible en elsemanario.com.mx, dice:

"Me resulta aún más sorpresiva tu decisión, la cual corre en contra de tu biografía, la historia de la empresa y el perfil personal y profesional que has logrado construir. Me parece que has cometido un error grave, gravísimo, como resultado del cual todos pierden: pierde MVS, pierdes tú, pierde la libertad de expresión, pierde la Presidencia, pierde el país."

Entre sus razones para su carta, dice Dresser:

"Independientemente de la posición que los lectores, radioescuchas y ciudadanos en general asuman, lo que queda claro es que no se despide a un periodista por hacer preguntas incómodas, airear temas controvertidos o hacer comentarios editoriales que generen escozor. De ser así, ningún periodista mexicano tendría empleo en este momento. Ningún periodista internacional hubiera sobrevivido a esa vara de medición. Rush Limbaugh ya hubiera sido despedido por acusar a Barack Obama de "musulmán"; William Safire hubiera sido despedido por llamar a Hillary Clinton una "mentirosa congenital"; Larry Rohter hubiera sido despedido por escribir acerca de los problemas con el alcohol que tenía Lula; Jorge Ramos hubiera sido despedido por preguntarle a Vicente Fox si usaba Prozac. Pero los despidos no se dan precisamente porque el valor fundacional de la libertad de expresión se protege por encima del interés empresarial o los sentimientos heridos del aludido."

Prosigue Dresser en sus razones:

"2) Al emitir un comunicado en el cual aseguras que Carmen Aristegui "violó el código de ética" de la empresa, has generado una enorme ---y legítima--- suspicacia. En primer lugar, te verás obligado a hacer público ese código de ética, incluyendo la prohibición explícita de diseminar rumores como si fueran información, firmado por ella. Y si no lo produces, seguirás alimentando la especulación que te rodea. Que si te llamaron de Los Pinos para exigir una disculpa y por ello se la demandaste a Carmen. Que si querías hacerle un favor al gobierno ---entregándole la cabeza de Carmen en bandeja de plata--- a cambio de la renovación y la ampliación de tus concesiones. Que en el momento de obtenerlas lo primero que harás será vendérselas a Carlos Slim. Que desde hace un buen tiempo sentías que la presencia de Carmen en MVS era una amenaza a tus intereses empresariales y que, en el fondo, su despido en este momento fue tan sólo un pretexto. Esto es lo que se dice sobre ti de manera reiterada. Esto es lo que sale a colación cada vez que se menciona tu nombre. Con una reacción sobredimensionada y colérica, has logrado empañar de golpe tu reputación y la de tu familia. A partir de hoy serás visto como un censor, un represor, un hombre intolerante. Alguien que no entiende los principios que la democracia ---para sobrevivir--- necesita resguardar."

Le señala también que en este caso es la palabra de Joaquín Vargas contra la de Carmen Aristegui, "yen esa confrontación llevas todas las de perder".

Continúa Dresser:

"3) Si tu objetivo era congraciarte con Los Pinos, en realidad le has enviado una manzana envenenada...Si Felipe Calderón no tiene un problema de alcoholismo, después de este sainete será aún más difícil convencer a la opinión pública de lo contrario."

Cierra Dresser la carta:

"Como escribió la novelista Pearl Buck, ganadora del Premio Nobel, "cada gran error tiene su punto medio; ese segundo cuando puede ser retractado y quizás remediado". Ese momento ha llegado para ti, Joaquín. Ojalá apeles a los mejores ángeles de tu naturaleza, en lugar de sucumbir a los peores demonios que te han poseído en los últimos días."

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