Que a pesar de que el sexenio está en su último tramo, la procuradora general de la República, Marisela Morales, anda como si empezara su administración, pues prepara ajustes a su equipo de primer nivel.
Las razones son minar la capacidad de la delincuencia organizada, blindar los comicios de 2012 y entregar nuevas cuentas a la sociedad.
Como quien dice, ya tiene listos sus deseos para cuando le toque comerse las uvas el próximo sábado.
Que el senador Carlos Navarrete no sólo mandó levantar una encuesta telefónica para preguntar a las mujeres si conocen las iniciativas que ha presentado, sino que también aprovechó para enviar un mensaje con motivo de Navidad y Año Nuevo.
Lo interesante del mensaje es una invitación a disfrutar la ciudad, pues el senador aspira a la jefatura del GDF.
Que el diputado federal Javier Corral comenzó la pelea en las redes sociales y en una página de internet para hacerse promoción y lograr apoyos a su candidatura al Senado.
En la cuenta de Twitter @YoxJavierCorral promete recorrer los 67 municipios de Chihuahua y muestra de ello es que esta semana estuvo en Santa Bárbara, Coronado y Valle de Allende.
Que el ex alcalde priista de Cuernavaca Manuel Martínez Garrigós entró en conversaciones con liderazgos de izquierda en Morelos, donde se renovará la gubernatura.
Lo extraño es que diversas encuestas colocan al joven Martínez Garrigós al frente de los aspirantes de su partido, además de que entre las autollamadas fuerzas progresistas el senador Graco Ramírez está bien colocado. ¿Entonces?
Que Manlio Fabio Beltrones fue uno de los favoritos en el Día de los Inocentes entre los cibernautas.
Algunos lo ubicaban en la presidencia del PRI, otros como suplente de Enrique Peña Nieto, quizá por eso el senador optó por no meterse en el tema y mejor felicitó a su amigo gobernador Roberto Borge por su cumpleaños.
Que algunos religiosos que salieron de los Legionarios de Cristo han solicitado quedarse como sacerdotes en la Arquidiócesis de México.
El proceso de abandonar una orden para convertirse en diocesano puede durar varios años, pero es decisión del cardenal Norberto Rivera aceptarlos o no.
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