Aún no se cuenta con encuestas que muestren si al candidato del PRI a la Presidencia, Enrique Peña Nieto, le afectaron los problemas a los que se ha enfrentado en las últimas semanas, como el escándalo de Humberto Moreira, su equivocación en la FIL de Guadalajara y la entrevista realizada por el periódico El País.
Sin embargo, para la influyente revista The Economist, la caída del PRI y su candidato ya ha empezado y no es sólo por los traspiés que han puesto a sudar a los estrategas del tricolor, sino por el comportamiento en los sondeos del último año.
La publicación analiza un informe de Consulta Mitofsky, cuya última encuesta fue realizada antes del torbellino en que se ha visto envuelto Peña Nieto. Ahí se señala que el priista iba adelante con 44.6% de las preferencias, mientras ninguno de sus rivales logra romper la barrera del 20%. Entonces se pregunta "¿Se ven las cosas diferentes en el año nuevo?". Sin duda en enero próximo se despejarán las dudas.
Para The Economist, la primera mala noticia que enfrentó el PRI fue el tema de Humberto Moreira, cuyo caso de sobreendeudamiento en Coahuila, la entidad que gobernaba, lo obligó a renunciar como presidente del PRI para no afectar la candidatura de Peña Nieto.
“Coahuila ha logrado acumular una enorme deuda, alguna de la cual parece estar en paradero desconocido. El señor Moreira aún no enfrenta cargos. Pero la historia, y el enfoque sin prisa del PRI para tratar con ella (la noticia apareció por primera vez en septiembre), ha revivido los viejos estereotipos acerca de supuesta corrupción dentro del partido”, indica la revista.
“El error siguiente llegó el 3 de diciembre, cuando Enrique Peña Nieto, quien es casi seguro que será el candidato presidencial del PRI, se volvió hashtag por una pregunta simple: el nombre de tres libros que han marcado su vida, y confundiendo el nombre del autor de un famoso título. Esto último, agrega, “como el escándalo de Coahuila, reforzó la sospecha existente sobre el PRI, en este caso de que su candidato carece de sustancia”.
The Economist apunta que el tercer episodio se produjo, “cuando el diario español El País publicó una entrevista en la que Peña cometió un error en un par de preguntas de lo más sencillo: una sobre el salario mínimo (que subestimó en casi un 50%), y otro sobre el precio de la tortilla (él respondió que no era “la señora de la casa”)”.
“Estos errores reformaron la idea de los privilegiados de Peña y que no entiende lo que es la vida para los votantes ordinarios”.
“El PRI ya se está deslizando”, dice la publicación. Y añade: “la página 30 de la encuesta de Mitofsky debe preocupar al partido: el señor Peña ha caído casi nueve puntos en el último año y el Partido Acción Nacional (PAN) ha crecido en la misma cantidad. La última encuesta fue realizada a finales de noviembre, antes de que hubieran surgido cualquiera de los problemas anteriores. Si han tenido algún impacto, el próximo mes la distancia del PRI sobre el PAN podría reducirse a menos de 20 puntos, frente a más de 40 hace un año”.
Consultamos el informe de Mitofsky mencionado por The Economist, en el cual puede constatarse que en noviembre de 2010 las preferencias para los aspirantes 'punteros' eran: PRI/Peña Nieto con 53.2%; PAN/Vázquez Mota con 10.8%; y PRD/PT/MC - López Obrador con 16.8%. En efecto, la ventaja del priista era de más de 40 puntos sobre el PAN y de poco más de 36 sobre AMLO.
En ese mismo documento, pero con datos de noviembre de 2011, las preferencias variaron, aunque los 'punteros' siguieron siendo los mismos. El PRI/Peña Nieto registró 44.6% de las preferencias; el PAN/Vázquez Mota 19.7%; mientras el PRD/PT/MC - AMLO tuvo 16.1%. Es decir, el PAN habría no sólo reducido la brecha con el PRI, sino superado al PRD/PT/MC.
No obstante, como se menciona arriba, esto fue antes de los 'resbalones' de Peña Nieto. Habrá que ver si tanto el PAN como AMLO, (este último ya definido como candidato de la coalición de izquierda), suman parte de la porción que pueda haber bajado el PRI en caso de que sí le hayan perjudicado todos los escándalos recientes. También será cuestión de tiempo ver si a los panistas les perjudica o beneficia el hecho de que aún no tengan un candidato oficial y se encuentren en una contienda interna.
“Sigue habiendo una brecha poderosa” puntualiza The Economist, aunque en un “pensamiento final” añade: si se observa la página 20 de ese mismo informe realizado por Mitofsky puede verse que “en este momento en la campaña presidencial anterior, hace seis años, el PAN estaba en el último lugar. Seis meses después, terminó ganando la presidencia”.
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