El Ejecutivo no rinde cuentas a nadie sobre el gasto público
No existe fiscalización en tiempo real, acusa la diputada; la SFP nunca toca ni con el pétalo de una rosa al mandatario
Roberto Garduño
Periódico La Jornada
Viernes 30 de diciembre de 2011, p. 5
La poca flexibilidad y el endurecimiento en la fiscalización de los recursos asignados por sus respectivos congresos a los presidentes de Estados Unidos, Brasil y Costa Rica, así como el caso de la casa real española, contrastan radicalmente con México, donde el presidente utiliza de forma omnipotente y discrecional el gasto público.
Los perredistas Esthela Damián Peralta, presidenta de la Comisión de Vigilancia en la Cámara de Diputados, y Mauricio Toledo, secretario de la Comisión de Hacienda, coincidieron en que el presidente mexicano a nadie le rinde cuentas ni hay quien le fiscalice los recursos para aplicar un castigo en caso de opacidad.
En fechas recientes se documentaron actos de corrupción y desvío de recursos públicos en la casa real de España. La respuesta del parlamento español fue la aplicación de medidas restrictivas y de vigilancia en el manejo de los recursos.
Mientras en Estados Unidos y Brasil la política aprobada por su congresos obedece a la transparencia y el control del gasto, en México se prevé para el año próximo que el gobierno de Felipe Calderón, por conducto de la Oficina de la Presidencia, dispondrá de 180 mil millones de pesos –desviados del gasto de las dependencias– para destinarlo a actividades electorales, advierte la diputada Damián Peralta.
Las facultades discrecionales que posee la Secretaría de Hacienda deben ser frenadas. A todas las secretarías se les asignan recursos adicionales por 10 por ciento de su presupuesto original, y a cada petición que hace la Presidencia de la República Hacienda autoriza la transferencia de recursos de las dependencias a Los Pinos. Hasta ahora ningún secretario se ha opuesto a una sola petición, ¡y eso es grave, porque no hay pesos ni contrapesos para limitar el gasto exorbitante y extraordinario de la Oficina de la Presidencia!
–¿Se advierte el riesgo del desvío de recursos de Los Pinos a las campañas del PAN?
–Sí, si no se hace una vigilancia correcta y ordenada del gasto, y hasta ahora no tenemos memoria de que la Secretaría de la Función Pública hubiese entregado algún resultado de la fiscalización del gasto del presidente Felipe Calderón.
–¿Cuál es la mecánica de esas transferencias?
–A pesar de que la Cámara de Diputados autoriza los montos del gasto, en términos reales la Secretaría de Hacienda no los otorga y juega con ellos, haciendo aparecer que esos recursos se convierten en subejercicios de las dependencias, que no se gastaron, cuando en términos reales no los entregó. Prefieren que aparezca como un error de subejercicio para asignar los recursos a otras áreas. Por eso se tiene que regular esa facultad extraordinaria de Hacienda, que es grave para el país. De manera discrecional las dependencias quitan, compensan y ponen; a nadie le rinden cuentas de nada, y eso es de las cosas mas delicadas en el manejo de los recursos públicos en el gabinete presidencial.
–¿Cómo frenar eso?
–Existe el marco jurídico, pero en mi opinión es inoportuno, porque la cuenta pública nos llega con 14 meses de desfase, cuando el gasto está consumado, y la institución que fiscaliza en tiempo real es la Secretaría de la Función Pública, pero ella nunca toca ni con el pétalo de una rosa a la Presidencia de la República.
–¿Se perpetúa la opacidad en el manejo de los recursos público desde la Presidencia?
–Hay un ejercicio omnipotente del jefe del Ejecutivo en términos de su propia fiscalización y en términos de las facultades de la Secretaría de la Función Pública. No existen condiciones ni mecanismos que nos permitan detener ese gasto de la oficina del presidente, y la Secretaría de Hacienda jamás va a limitar ni a regatearle el uso de los recursos.
“En México no hay fiscalización en tiempo real; no hemos tenido ni un documento del propio órgano interno de fiscalización de la Presidencia de la República donde se nos diga cómo gastan, ni conozco algún informe de la SFP donde nos diga cuántas auditorías ha realizado en un año.
Sigue habiendo derroche de recursos públicos con la justificación de tener mayores campañas de difusión, de tener mayor personal, de tener mejores condiciones físicas.
Por su parte, Mauricio Toledo adujo que la Secretaría de Hacienda asigna discrecionalmente “cuanto recurso le solicita la Presidencia, sea para comunicación social, o para lo que (Felipe) Calderón ponga o disponga.
En año de elecciones estos ejercicios del gasto son una tentación para asignar mayor cantidad de dinero a las campañas del PAN, y esto mantiene una correlación con los altos costos que paga el gobierno federal en torno a su lucha contra el crimen organizado, sin importar que esto sea de forma brutal y discrecional.
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