Nada que festejar--
POLIMNIA ROMANA
@polimniaromana
vie 30 dic 2011
Prácticamente terminó el trágico 2011 y desafortunadamente para el año entrante, año electoral, se pronostica mayor violencia de las fuerzas armadas encargadas en tareas que no le corresponden, así como mayor autoritarismo del "gobierno" federal.
En un balance del 2011 realizado por miembros de organizaciones dedicadas a la defensa de las garantías individuales, se informa que el año que está por concluir ha sido el más sangriento del actual sexenio y en el que se han violado más los derechos humanos, especialmente por los asesinatos y desapariciones de activistas, lo que coloca al país en un grave déficit democrático.
El aumento de asesinatos, feminicidios y desapariciones forzadas revela la INGOBERNABILIDAD del país y la VULNERABILIDAD de los ciudadanos frente a las instituciones que fueron creadas para proteger al pueblo y brindarle bienestar.
La democracia no es sólo votar para elegir a los gobernantes, voto que por cierto no se respeta, la democracia es el sistema en el que la soberanía del poder reside y está sustentado por el pueblo.
¿Qué clase de democracia vivimos en México cuando los gobernantes son impuestos por los poderes fácticos y concretan su papel a enriquecerse y usar a las instituciones para reprimir al pueblo?
Esa fue la escuela del PRI, que siguieron al pie de la letra los gobiernos panistas, ese PRI que se declara NUEVO y que intenta regresar al poder precisamente haciendo uso de sus prácticas ANTIDEMOCRATICAS.
Sandra Albicker, integrante y analista del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, declaró que es preocupante, muy preocupante diría yo, la presencia de militares y marinos en tareas de seguridad pública por los abusos que cometen contra los ciudadanos, estrategia que celebra y apoya el NUEVO PRI.
Ya el mismo Ejército reconoció que abatió a más de 2 mil personas en la guerra contra "el crimen organizado", y lo dice con orgullo porque supone que está bien privar de la vida a los delincuentes. Sin embargo, el derecho a la vida no se puede quitar bajo ninguna circunstancia, menos aún si los ejecutados son ciudadanos que reclaman justicia.
Dijo también Sandra Albicker que por la práctica sistemática de la tortura, la persistencia del arraigo y la criminalización de los activistas no tenemos nada que festejar al cierre de este trágico año.
Comparto su opinión pero no me desanimo porque al final de esta horrible pesadilla, si es que por fin el pueblo se decide a despertar, encontraremos una luz para trazar entre todos otro camino, muy distinto al que nos condujo a esta deshumanización que nos ahoga.
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