El equipo de campaña de Peña Nieto.
Foto: Miguel Dimayuga
MÉXICO, D.F. (apro).- Después de haber perdido 10 puntos en la preferencia electoral, luego de sus desafortunadas declaraciones en la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, el 3 de diciembre anterior, el virtual candidato presidencial priista Enrique Peña Nieto rehizo su equipo, dejando los cambios en manos de Luis Videgaray, su coordinador general de campaña.
Aunque la encuestadora Mitofsky sostuvo que el exgobernador mexiquense sólo perdió tres puntos, los sondeos internos del PRI advierten que fueron entre siete y diez puntos.
Además, se dice que el caso del expresidente nacional del PRI, Humberto Moreira, y la megadeuda que dejó a la entidad que gobernó, Coahuila, fue otro de los factores que afectó a Peña Nieto, tanto así que en ese estado, en el sondeo rumbo a la Presidencia de la República, el PRI se ubica apenas cuatro puntos arriba del resto de los partidos políticos, mientras que para el Senado de la República el tricolor pierde en estos momentos dicho escaño.
Existen dos versiones sobre quiénes fueron los encargados de hacer los cambios; una de ellas se los atribuye, como ya se destacó líneas arriba, a Videgaray, la otra especie apunta hacia el exgobernador de Hidalgo, Miguel Osorio Chong, y quien desde que dejó el cargo en su estado no se ha separado de Peña Nieto.
Sin embargo, no hay que olvidar que Osorio Chong forma parte del equipo de Elba Esther Gordillo, dirigente vitalicia del magisterio nacional.
De ser falsa la segunda versión, entonces la maestra estaría perdiendo cancha ante Peña Nieto y éste habría retomado las riendas de su equipo, otorgándole a Videgaray, uno de sus hombres de confianza, todo el poder.
Osorio Chong logró imponer a la diputada federal Paula Hernández como encargada de “invitados especiales”; Emilio Gamboa Patrón, quien tiene a uno de sus hijos laborando en el equipo de Peña Nieto, logró ubicar en el equipo a uno de sus colaboradores, el diputado federal por Nuevo León, Ildefonso Guajardo, quien quedó al frente de “vinculación especial”.
Los nombramientos que recientemente hizo el precandidato presidencial del PRI son una mezcla de diversos poderes estatales. Un ejemplo de esto es la ubicación de Baltazar Hinojosa como coordinador de la primera circunscripción.
Hinojosa es gente del exgobernador de Tamaulipas, Tomas Yarrington, y a quien pretendió dejarle el cargo, sin embargo, perdió la batalla ante quien fuera su médico, el doctor y exdiputado federal Rodolfo Torre Cantú, quien no logró llegar a la contienda debido a que fue ejecutado por presuntos sicarios y su lugar ocupado por su hermano Egidio.
Otro de los exgobernadores fuertes, el oaxaqueño Ulises Ruiz Ortiz, logró ubicar al actual diputado federal, Héctor Pablo Ramírez Puga, quien por cierto fue uno de los operadores para que Elba Esther Gordillo perdiera la coordinación de los diputados priistas en noviembre de 2003. Ramírez Puga también sería cercano a Manlio Fabio Beltrones.
Por cierto, Beltrones también colocó a sus operadores: Felipe Solís Acero, quien quedó como vicecoordinador general de la campaña, y María Esther Sherman, encargada de “evaluación y seguimiento”.
Ambos beltronistas quizás no lleguen al Senado de la República, pero por lo pronto estarán en la campaña presidencial de Peña Nieto.
Y por si hiciera falta otra muestra del poder que llegaron a acumular los ex y actuales mandatarios estatales, se puede mencionar el nombramiento del diputado federal Salomón Rosas, en quien recayó “vinculación política” y quien fuera “asesor” del exgobernador de Tamaulipas, Eugenio Hernández Flores, y al que en un principio Humberto Moreira, cuando llegó a la dirigencia nacional del PRI, dijo que lo haría “secretario técnico” del partido, sin embargo, los fuertes rumores de que sería detenido por una presunta vinculación con el crimen organizado, lo hizo desistir.
Quien también logró colocar a su gente en el equipo de campaña de Peña Nieto es la probable candidata del PRI al Gobierno del Distrito Federal, la diputada federal Beatriz Paredes Rangel.
Una de las personas más cercanas a ella, Jorge Carlos Ramírez Marín, fue nombrado vicecoordinador general de giras de Peña Nieto.
Toda una mezcla de poderes incluyó Peña Nieto en su equipo de campaña. Por cierto, todo parece indicar que el virtual candidato presidencial del PRI está haciendo todo lo posible por restablecer la golpeada relación con Elba Esther Gordillo.
Hace unos días, gente del equipo de Peña Nieto se reunió en la casa de la dirigente magisterial con algunos políticos poblanos, quienes aseguraron a los peñistas que ellos no son “perredistas o panistas, sino panalistas” (de Nueva Alianza, Panal, el partido de la maestra), y que si les cedían triunfos electorales en algunos distritos de esa entidad, ellos darían al candidato unos 150 mil votos en la elección presidencial.
Ahora sólo falta descubrir el “verdadero” trabajo que harán estos nuevos jefes de campaña de Peña Nieto quien, por cierto, cedió al poder de los gobernadores y exmandatarios estatales de la zonas más conflictivas del país.
Comentarios: mjcervantes@proceso.com.mx
No hay comentarios:
Publicar un comentario