En la inauguración del seminario "Cambio Estructural para la Igualdad: una visión integrada del desarrollo", el rector de la UNAM, José Narro, dijo que es necesario, yo diría urgente, hacer una revisión profunda del destino de los miles de millones de pesos que el gobierno mexicano ha invertido para combatir la pobreza desde el año 2000, porque los resultados son desalentadores, yo diría desastrosos.
Se han invertido 2.7 BILLONES DE PESOS en 13 años para combatir la pobreza pero ésta ha aumentado de manera alarmante.
En lo que va del año se invirtieron 317 MIL MILLONES DE PESOS en 130 programas sociales, ejercidos por las secretarías de Desarrollo Social, Salud y Educación Pública, sin embargo, no hay efectos en la población que carece hasta de lo indispensable para medio vivir.
¿En qué se ha gastado esa cantidad de dinero?
¿Quién va a revisar las cuentas y a evaluar los "programas sociales"?
No es posible que los responsables de esta tarea emergente de combatir la pobreza se vayan tan tranquilos y no sean llamados a cuentas por su ineficacia y corrupción.
2.7 BILLONES DE PESOS es una cantidad estratosférica, que debió abatir los efectos de la pobreza y la desigualdad entre los mexicanos, y no ocurrió, al contrario, la gente cada vez está más necesitada y desesperada por todo el territorio nacional.
La transición de gobierno será tersa, dicen los comunicadores de la tele, porque el "presidente" saliente está dando todas las facilidades al nuevo gobierno. Ya hasta prestó el avión presidencial, como si fuera su dueño, para que Peña Nieto viaje a Europa a anunciar la nueva venta de garage en la que va a convertir al país el "nuevo" PRI.
¡Claro! que el gobierno saliente dará todas las facilidades, a cambio se irá limpio de polvo y paja, y a los mexicanos que se los siga llevando el tren.
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