domingo, 14 de noviembre de 2010

¿Entregar los campos maduros de Pemex?-- Antonio Gershenson

El Consejo de Administración de Pemex acordó realizar una reunión el próximo miércoles para analizar, y en su caso aprobar, los primeros contratos integrales de servicios para exploración y producción de campos maduros. Se quiere dar una impresión de que son campos marginales, pero la realidad es la opuesta. También es falso lo de que los contratos son de servicios, pues ellos mismos están confesando que son para llevar a cabo la exploración y la producción.

También se les llamaron contratos de servicios múltiples a los de la cuenca de Burgos, que se firmaron en el sexenio pasado, y no sólo incluían obras sino que se les repartieron a las empresas extranjeras grandes extensiones de terreno para explotarlas, extraer gas para Pemex y cobrar una fortuna.

Ahora, igual que en el caso de Burgos, se plantea repartir superficies petroleras entre las empresas extranjeras. Se les da todo, como en este caso anterior. Empiezan desde el proyecto, llevan a cabo la exploración, luego la explotación y, claro, cobran su dineral.

Ya hemos señalado que la Constitución, en su artículo 27, prohíbe los contratos en materia de petróleo y de los carburos de hidrógeno sólidos, líquidos y gaseosos. Contradicen aún más este artículo los contratos con estas agravantes.

Veamos unos datos del Informe de Labores 2009–2010 de la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH). Para 2009, más de 95 por ciento de la producción nacional proviene de campos que están o con su nivel de producción estancada, o en declinación. A ambos les llama campos maduros.

Lo que fue el mayor campo petrolero mexicano, Cantarell, ha tenido una producción en declinación muy fuerte, quedaría en esa clasificación de maduro. De una producción de 2.14 millones de barriles diarios en 2004, cayó, en el tercer trimestre de 2010, a 548 mil barriles: bajó a una cuarta parte de su producción máxima.

El campo Ku-Maloob-Zaap (KMZ), que ahora es el mayor productor por la caída de Cantarell, está en un virtual estancamiento, con fluctuaciones. Pasó de 850 mil barriles diarios en enero de este año, a 843 mil en octubre. También tiene los tratamientos de un campo maduro, para tratar de recuperar la presión de salida de petróleo y gas. La CNH la califica como de recuperación secundaria, igual que a Cantarell.

Aunque en su conjunto las regiones Sur y Marina Suroeste tienen aumentos en su producción, hay en ellas campos y pozos antiguos, y muy antiguos, y a éstos se les calificaría como maduros.

La producción de Cantarell más la de KMZ, a pesar de la reducción sigue siendo más de la mitad de la nacional. Es el colmo que estén dentro de las que se sujetaría a contratos integrales, no digamos las otras que están con producción estancada o en declinación.

Después de estas regiones, todavía anuncian contratos de este tipo en Chicontepec, y luego en las aguas profundas. Y con ese despilfarro en contratismo, ¿con qué dinero haría Pemex su trabajo productivo normal, con ingenieros, técnicos y trabajadores de Pemex, con equipos de Pemex, en las áreas que sí tienen producción creciente de petróleo y gas?

Disfrazan esta realidad hablando, por lo pronto, de algunos pequeños y desconocidos sitios. Como si las reglas mencionadas no tuvieran un carácter más general, para luego saltar a terrenos mayores. Y más importantes.

Esta discusión se mezcla con la del presupuesto anual de Pemex. Pero la discusión es sobre si le dan más dinero a mi estado, sobre si tengo dinero donde logre yo más votos, y demás. Como se ven las cosas, el presupuesto de Pemex enviado por el gobierno federal quedaría prácticamente como se mandó. Ya hablamos del mismo hace dos semanas en este mismo espacio.

Se dice que la producción petrolera mexicana ha estado declinando, y que ahora vendrán las empresas extranjeras a cambiar la situación. Nada más falso. Si Cantarell cayó más rápido fue, entre otras razones, por decisiones de altos funcionarios de comprar e inyectar nitrógeno. En Chicontepec, la producción es una miseria y son puros contratos con trasnacionales. Y donde, a pesar del abandono, la producción crece, en áreas importantes de las regiones Sur y Marina Suroeste, y ahí trabaja Pemex.

De modo que la realidad es contraria a las novelas trasnacionales y a los discursos de funcionarios. Lo único que quieren es enriquecerse con esa corrupción que es el reparto de contratos, de grandes terrenos, de enormes pagos, de los cuales saldrán también sus sobornos.

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