La Jornada de ayer publicó en su Semanal un artículo extraordinario sobre Ernesto Sábato. En el último párrafo dice:
"Antes del fin (1999) y La resistencia (2000) títulos de los libros más recientes de Sábato, el narrador que ha conocido el siglo xx como pocos, plantea que si la humanidad ha de sobrevivir será mediante la restauración de valores espirituales. Expresa que al aislamiento, generador de una "indiferencia metafísica", es preciso oponerle resistencia. Si nuestro planeta -- y con él la especie humana -- no ha de terminar en un basurero del cosmos, será necesario frenar su vértigo. A tan inhumana aceleración habría que oponerle cierto tipo de lentitud, "como se suceden las estaciones, el crecimiento de las plantas y de los niños". Al consumo enloquecido de ciencia y de tecnología que genera una "indolencia abstracta, cínica y violenta"; evidencia de un "poder extraño y casi sobrehumano", habrá que RESISTIR apoyados en la intuición y en nuestra capacidad crítica. Antes del fin todavía sería posible desatar cierto tipo de inteligencia como la que Sábato despliega en sus tramas. Se trata de un escritor que, leal y amistoso con nosotros, ha completado un ciclo trazando grandes novelas y ensayos del siglo xx en América Latina; geografía política de vastas áreas premodernas, que fuera de experiencias originales y recientes como la del Brasil de Luis Inacio Lula, presenta síntomas de pérdida de la memoria, de la sensibilidad y de la razón".
Traigo este pequeño párrafo a colación por dos razones: la primera es que realmente el estado de cosas que vienen sucediendo en el país parecen encaminarnos a esa pérdida de la memoria, de la sensibilidad y de la razón. El número de muertos, de desaparecidos, de injusticias, de personajes que viven en total impunidad ante las atrocidades que cometen parecen sorprendernos cada vez menos, o peor aún, nos estamos acostumbrando a que se desangre el país sin que existan responsables que paguen por ello. Y la otra, por la descalificación permanente en los medios de comunicación a la resistencia del pueblo que busca identificar las causas de los problemas que nos aquejan y proponer otra forma de actuar para obtener, en consecuencia, otros resultados.
Dice Sábato que si la humanidad ha de sobrevivir será mediante la restauración de valores espirituales. Casualmente, dentro del Movimiento de Resistencia Pacífica que encabeza Andrés Manuel López Obrador a lo largo y ancho del país, uno de los objetivos fundamentales es la recuperación de esos valores a los que las autoridades y la clase dominante han antepuesto el dinero y el poder por el poder mismo.
También dice Sábato que hay que resistir apoyados en la intuición y en la capacidad crítica. Es lo que ocurre dentro del Movimiento, porque al mismo tiempo que señalamos los errores en la aplicación de políticas antipopulares, derroche del erario, ineptitud, pérdida de la soberanía nacional, corrupción e impunidad, con sentido crítico, hay propuestas de cambio surgidas de la intuición y el sentido común.
Por último, el párrafo señala que ante la inhumana aceleración habría que oponerle cierto tipo de lentitud, como se suceden las estaciones, el crecimiento de las plantas y de los niños. También así avanza la organización y la estructura del Movimiento de Regeneración Nacional. Se trata de un proceso de conscientización del pueblo para que, sin perder el asombro y la indignación, y sin el uso de la violencia, poco a poco la ciudadanía transite de la inacción a la participación, a la protagonización del cambio, como señala Andrés Manuel López Obrador.
En eso trabajamos todos los días, por eso estamos aquí resistiendo para que no se apague la llama de la esperanza.
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