Otra vez el espionaje al servicio de la mala política, otra vez el PRI recurriendo a tan bajos procedimientos y otra vez Televisa operando como instrumento de manipulación electoral.
Ahora el escenario es Guerrero, donde habrá elecciones de gobernador, en las que, por cierto, aventaja en todas las encuestas el candidato del PRD, el PT y Convergencia, Ángel Aguirre, al del PRI, Manuel Añorve.
Ha habido de todo: violencia física, falsificación de ejemplares del diario La Jornada para tratar de beneficiar al priista Añorve, anuncios espectaculares que denigran a Aguirre y, sobre todo, la difusión excesiva de una grabación telefónica entre el candidato del PRD, el PT y Convergencia y la senadora Claudia Corichi, hija de la exgobernadora de Zacatecas, Amalia García.
Se trata de una grabación que solo prueba una cosa: las ganas de la impresentable senadora Corichi de vender, para después cobrarlos, favores políticos a Ángel Aguirre. Ocurre a diario en todos los partidos, donde abundan las personas sin escrúpulos, maniobreras y mentirosos que se acercan a los candidatos para tratar de impresionarlos con acciones de diversa índole. A tales hombres y mujeres los candidatos, de todos los partidos, insisto, los escuchan con paciencia, les dan por su lado y después los ignoran. Forma parte de nuestra cultura política, pero no significa en realidad nada.
El problema en Guerrero es que el PRI, a la mala, grabó una charla de esas entre la embustera Claudia Corichi que hablaba y hablaba y el paciente Ángel Aguirre que, por respeto a la señora, no la cortaba. El PRI la grabó y la dio a conocer. En los medios, al principio, se le dio una difusión "normal", es decir, apareció la nota, no llamó la atención prácticamente de nadie (la gente está muy acostumbrada al espionaje político y ya no lo toma en cuenta) y cuando parecía que eso se iba a olvidar, como se olvidan tantas cosas que a diario se publican, Televisa decidió hacer un verdadero escándalo con las palabras ilegalmente grabadas a Corichi y a Aguirre.
Es un tema que Televisa no ha soltado y que no soltará. Al servicio del PRI y de un candidato, Añorve, que no fue capaz de convencer con sus propuestas a los electores guerrerenses, la televisora busca de última hora modificar las tendencias por la vía de ensuciar la imagen de uno de los contendientes, Ángel Aguirre, que desde el principio domina en las encuestas.
Televisa, en Guerrero, juego con fuego. Ojalá sus directivos lo entiendan y dejen de intervenir, con malos recursos, en una entidad ya muy dañada por la violencia del narcotráfico y que ha conocido episodios de violencia política que no deben volver a presentarse.
Si hay todavía sensatez en Televisa, tendrán que cesar sus ataques contra Ángel Aguirre, ya que lo único que están consiguiendo es complicar las cosas en una entidad en la que ningún problema es descartable.
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