miércoles, 26 de enero de 2011

Las balas matan al turismo-- Natalia Colmenares (@natcolmenares)

Los próximos dos domingos Acapulco y Los Cabos, dos de nuestras marcas turísticas más reconocidas en el mundo, darán una lección de incivilidad, de ambición, de odio y de cómo no deben ser los procesos electorales... Y eso afectará al turismo, es decir, a la economía de ambas regiones, lo que se traducirá en desempleo y, por lo mismo, en un crecimiento de la violencia que todo lo está acabando en México.


Todo, es verdad, como el turismo médico en Monterrey. La información de El Norte es contundente: "A dos años de haberse posicionado como una de las ciudades más atractivas en México para pacientes extranjeros ­principalmente estadounidenses­ que requerían cirugías especializadas, el turismo médico en Monterrey murió, víctima de la inseguridad".


Los duros datos no mienten: Si, por ejemplo, hasta inicios de 2010 los hospitales del Grupo Christus Muguerza recibían 70 pacientes extranjeros por mes, en diciembre recibieron uno". La fuente es director de esa institución, Constantino Padilla.


Lo mismo pasa con el turismo que venía a México a aprender español: se ha ido a otros países, sobre todo a España dejando vacías de estudiantes extranjeros a escuelas como el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey.


Pero, desgraciadamente, ese no es un fenómeno que afecte solo a la capital de Nuevo León. Se da en todo el país, ya que el problema de la inseguridad es nacional.


El turismo de playa también ha sufrido, por desgracia. Recientemente se informó que las compañías de cruceros habían decidido que sus barcos ya no lleguen a los puertos que solían visitar en el Pacífico mexicano como Puerto Vallarta y Los Cabos.

Lo peor es que, decíamos, los próximos dos domingos, el mundo recibirá noticias, malas desafortunadamente, acerca de dos de los más reconocidos destinos turísticos mexicanos: Los Cabos y Acapulco. En ambas ciudades, y en los estados a los que pertenecen, Baja Caifornia Sur y Guerrero, habrá elecciones, y en ambas habrá problemas serios, incluso de violencia, provocados por la ambición y la codicia que caracteriza a nuestros políticos, en esos lugares no pocas veces aliados o de plano al servicio del crimen organizado.


Mal nuestro México camina, parece a punto de derrumbarse.

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