La autoridad no se gana con medidas coercitivas ni amenazas, la autoridad se obtiene con CONOCIMIENTO y BUEN EJEMPLO. Quien carece de cultura y de honestidad impone la autoridad a través de la fuerza y la represión.
¿Con qué autoridad moral se atreven las "autoridades" a establecer sanciones a los alumnos, ya no digamos de secundaria sino de PREESCOLAR y PRIMARIA que están en formación, ante las "faltas" que cometan dentro de la escuela?
¿Acaso las conductas de los alumnos no son reflejo de la sociedad en la que viven? ¿De qué se están alimentando nuestros niños y jóvenes en un país donde predominan la corrupción, la impunidad, la violencia y la injusticia?
Las mentadas sanciones, que se resumen en suspensión de los alumnos, se llama EXPLUSIÓN, o exclusión que es lo mismo, y contradice la Constitución que prohíbe negar a los niños y jóvenes mexicanos el derecho a la educación?
¿Dejarlos fuera de las aulas mejorará su conducta o generará mayor resentimiento social?
Esto no es más que el resultado de la llegada al poder de personajes incultos, insensibles, deshonestos, cínicos y cobardes.
El quinto canto del poema a la naturaleza, de Lucrecio, habla del nacimiento de la HUMANITAS, primer contrato social que hizo que los hombres rechazaran la ley del más fuerte para poner en su lugar la amistad y la voluntad de proteger a los débiles.
¿No son acaso nuestros niños y jóvenes los más débiles de la sociedad, los que necesitan cariño y comprensión más que castigos?
Las obras de Eurípides y de Tucídides, que hablan del enfrentamiento de las ideas, explican claramente que LA PALABRA es el arma del pensamiento.
¿Por qué no emplearla para descubrir lo que lleva a los niños y a los jóvenes a manifestar rebeldía contra las injusticias contra ellos cometidas, que no pueden descifrar pero que viven todos los días?
El comunicado que leí sobre las "nuevas" reglas a las que tendrán que sujetarse más de un millón 800 mil estudiantes de educación básica, no tienen nada de nuevas, se refieren precisamente a la ley del más fuerte para someter a los más débiles, en este caso a los alumnos, en vez de comprender su situación y proporcionarles las herramientas que les permitan respetar a los demás.
Es el clásico castigo de los padres que pegan para que el niño no pegue.
Los alumnos de secundaria, según este código, serán sancionados ante actitudes amenazantes.
¿No es esto una amenaza para que no amenacen?
Y rayando en la falta de visión, porque esto puede detonar una respuesta masiva no sólo de los alumnos sino de los padres de familia, de los maestros y de los especialistas en pedagogía y psicología, también amenazan con dar aviso a la Secretaría de Seguridad Pública para que colabore en la aplicación de sanciones.
Otro punto escalofriante del mentado reglamento es la aplicación de medidas punitivas por el uso de celulares o equipos de comunicación y entretenimiento, hacer ruido excesivo, comer en el salón, estar en un sitio dentro del plantel que no corresponda a la actividad escolar, presentar comportamientos públicos lascivos, obscenos o indecentes y ver pornografía en Internet.
¿A Televisa cuándo la van a sancionar por la pornografía que ofrece en horarios matutinos y vespertinos?
Con un manotazo en la mesa, el ignorante secretario de Educación, dijo: "YA BASTA, SE ACABÓ, no es posible que una minoría realice acciones indebidas y no reciba el castigo proporcional que le corresponde. SE TERMINÓ LA AMBIGÜEDAD".
¿Quién es Lujambio para expresarse así?
Pero el nuevo reglamento tiene un nombre muy bonito: Marco para la Convivencia Escolar en las Escuelas de Educación Básica del Distrito Federal.
¿Quién puede convivir armónicamente con estas amenazas y esta ceguera?
¿Por qué iniciar con la entidad que presenta los índices más bajos en inseguridad y ejecuciones? ¿Por qué la amenaza a los hijos de los ciudadanos con más conciencia social del país?
No sé si alguna vez lo he comentado pero vengo de una familia de maestras que han entregado lo mejor de su vida al trabajo con los niños, a través de ellas aprendí que puede más una palabra dulce y a tiempo que un castigo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario