vie 9 dic 2011
Las acusaciones que hizo Calderón en televisa sobre la intervención del crimen organizado en las elecciones de Michoacán causaron mucha irritación a los senadores priistas, quienes manifestaron que el Instituto Federal Electoral (IFE) debe hacer una enérgica llamada de atención al Ejecutivo porque está interviniendo de manera abierta en el próximo proceso electoral y ha vuelto a echar a andar la guerra sucia, ahora contra el tricolor.
En 2006 no dijeron una sola palabra sobre la guerra sucia contra Andrés Manuel López Obrador ni por la intervención de la derecha en el proceso electoral, es más se sumaron, pero hoy es distinto, ¿verdad?
No justifico con esto a Calderón, de ninguna manera. Sus acusaciones, si tiene pruebas, debe presentarlas mediante una denuncia ante las instancias oficiales y no ante López Dóriga.
Lo que pasa es que Calderón realmente piensa que la TELE es más importante que las instituciones.
Pero volviendo a la falta de pruebas, sus acusaciones más bien parecen un berrinche por no haber logrado imponer a su hermana como gobernadora de Michoacán. No le pasa por la cabeza que Elba Esther Gordillo, que en apariencia se unió a la Cocoa, en realidad trabajó para el viejo-nuevo PRI, del que no se ha ido nunca.
En el PRI están muy enojados porque la actitud de Calderón les afecta directamente, y no les enoja de la misma manera la serie de medidas antipopulares e inconstitucionales que ha tomado el Ejecutivo, porque han ido de la mano con él perjudicando con ello a la mayoría de los mexicanos.
“Ya es hora de que el IFE le dé un manotazo a Calderón para meterlo al orden”, dijo el enojado representante legislativo ante ese instituto, Fernando Castro Trenti.
“Tenemos que hacerle un llamado al IFE para que detenga esa actitud de Calderón, quien puede poner en riesgo la elección de 2012. Y si tiene pruebas que las presente”.
Pero va a estar difícil porque el mismo almirante secretario de Marina, Mariano Francisco Saynez Mendoza, sostuvo ayer que no se tiene información fehaciente sobre la presunta intervención del crimen organizado en las elecciones de Michoacán. Ni modo.
Lo que debería ocupar y preocupar al “presidente” es la cacería de activistas y defensores de derechos humanos que se está incrementando de manera alarmante, y ordenar de inmediato la investigación de estas muertes que, junto con las más de 50 mil que pesan sobre su fallida administración, lo colocan en una situación muy delicada. No debería olvidar que 23 mil mexicanos presentaron una denuncia ante instancias internacionales para que investiguen su participación, no en procesos electorales que de por sí es grave, sino en su responsabilidad por tantas muertes que no debieron ocurrir y que han bañado de sangre al país.
No hay comentarios:
Publicar un comentario