martes, 6 de diciembre de 2011

Digamos a Enrique Peña Nieto con el no voto por el que una disculpa no basta-- Por Victor Hernández

Primero, Enrique Peña Nieto no supo decir 3 libros que han marcado su vida en la FIL de Guadalajara. Vaya, nisiquiera supo decir qué libros y de qué autores está leyendo AHORA. Que porque se le ilvidan los nombres de los autores al leer —esto a pesar de que TODOS los libros llevan el nombre del autor y el título ya sea arriba o abajo de la página.

El escándalo fue enorme debido a que no es posible que un aspirante a la presidencia ¡no lea! No es posible que alguien que aspira a tener el control del poder ejecutivo sea un ignorante. ¿En qué majos estaría el país entonces? Eso fue lo que le hicieron ver miles de tuiteros a Peña Nieto durante 3 días seguidos.

¿Y qué hizo Peña Nieto? Decirle a los mexicanos, a grosso modo, que le vale madre lo que le digan. Literalmente dijo en entrevista radiofónica que la pregunta de los 3 libros no tiene trascendencia y que a cualquiera le puede pasar.

Pero SÍ tiene trascendencia. ¿Cómo no va a recordar los libros que lee alguien que va a jurar defender la Constitución?

Y no, no le pasa a cualquiera. Le pasa a cualquiera no recordar UN nombre. O a lo mejor un apellido. ¿Pero no saber decir TRES libros y luego decir que nisiquiera sabe lo que está leyendo en ese momento? Vaya, millones de mexicanos hubieran salido al paso diciendo que “Harry Potter” o “Crepúsculo” ya de perdida. O alguno de los libros que se les encarga leer en la preparatoria o en la universidad.

Lo peor es que la falta de cultura de Peña Nieto quedó aún más al descubierto cuando su hija, Paulina Peña Pretelini, insultó a los mexicanos que lo criticaron por ígnaro llamándoles “pendejos” y parte de “la prole” que critica “por envidia.” ¿Así es como Peña Nieto educó a sus hijos? ¿Para ser unos arribistas y unos clasistas que discriminan por no tener el dinero que sí tiene ella proviniente del erario via el sueldo de su papá como funcionario público?

Ahí el escándalo de la gente se convirtió en indignación. El PRI lo quiso tapar pero no udo. Peña Nieto de plano tuvo que disculparse por Twitter justificando el insulto de su hija como “reacción emotiva”. Pero no bastó. La gente no dejó de hacer críticas.

Salieron entonces los lustracalzado del PRI a tratar de hacerle control de daños a Peña Nieto diciendo que con que se disculpara la hija del priista con eso era suficiente para que se resolviera el asunto (algunos, OJO, están evidentemente de doblecaras y pretenden decirse “independientes” cuando lo que cada vez dejan más claro es que buscan venderse al PRI). Y en efecto, horas más tarde Paulina Peña abrió de nuevo su cuenta de Twitter y pretendió justificarse alegando que habían ofendido a la memoria de su madre.

Para empezar eso no es justificación para lanzar un insulto discriminatorio. Si te insultan a tu madre, pues`es mentárselas de regreso, les puedes lanzar otros descalificativos, pero ¿un epíteto discriminatorio? ¿Para qué?

Pero eso de que se molestó porque ofendieron a su madre nisiquiera es válido, ya que los que hicieron chistes sobre su mamá fueron los menos, y sus insultos discriminatorios iban dirigidos a todos, no especificamente a los que hicieron chistes de su mamá.

Y no; la disculpa no fue suficiente para que dejara la gente de expresar indignación por lo ocurrido.

Pero claro que una disculpa no bastaba. No se trató de una simple mentada de madre; se trató de la revelación del profundo desprecio de las élites priistas hacia la mayoría de la gente. Ese clasismo y ese arribismo no puede ser de ninguna manera algo bueno para México. Al contrario; ese sí es un verdadero riesgo para el país.

Una disculpa por parte de los Peña no basta. No cuando quedaron en evidencia 16 años (la edad de Paulina Peña) de educación clasista y arribista por parte de su padre, quien aspira a ser presidente. No cuando ambos, Peña y su hija, demostraron que no es gente de fiar para entregarles el cargo de mayor responsabilidad para el pueblo de México, un pueblo al cual tacharon de “prole” y luego buscaron excusas absurdas para justificar.

No, una disculpa no basta. Peña Nieto tiene que retirarse de la contienda electoral. No es de fiar. No se le puede permitir llegar al poder. Quien haya dicho que con una disculpa bastaba, o realmente no tiene tino político, o realmente quiere que Peña Nieto llegue al poder para poder pedirle dinero.

Pero los mexicanos no tenemos por qué aguantar eso. Hay que demostrar entonces a Peña Nieto, con nuestro voto en las urnas, que una disculpa no basta. Y que no le permitiremos llegar al poder.

Por eso mejor AMLO y Martí 2012.

PD: Para que vean por qué apoyo a AMLO. En entrevista con Joaquín López Dóriga, AMLO corrige a López Dóriga respecto a una cita de Ortega y Gasset que López Dóriga dijo que era de Miguel de Unamuno. El que sí es culto, el que sí lee, el que sí está calificado para ser titular del ejecutivo federal es el Peje.

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