Que menos de 24 horas les duró el ánimo guerrero a Josefina Vázquez Mota y Ernesto Cordero. Ambos precandidatos coincidieron nuevamente en Guadalajara, en el Encuentro Nacional Juvenil del PAN, pero esta vez le bajaron de tono a sus discursos y, por separado, aseguraron que no existe ningún pleito entre ellos a pesar del duelo verbal que sostuvieron un día antes.
Eso sí, Cordero volvió a invitar a Vázquez Mota a debatir sobre política económica. Pero advertida de que la nueva estrategia del ex secretario de Hacienda consiste en acosar a quien puntea en las encuestas, la ex diputada simplemente dejó pasar la invitación.
Por su parte, Santiago Creel trató, para variar, de treparse infructuosamente a la discusión.
Que hablando de los aspirantes panistas, Ernesto Cordero sufrió ayer otra contrariedad. Hace una semana aseguraba que ante “lo parejo” de la contienda interna, la única medición posible entre los tres precandidatos era el número de firmas que cada uno recopilara entre la militancia blanquiazul.
En esos días, Cordero presumía ser quien contaba con más firmas: 35 mil. Pero ayer, al entregarse el tercer paquete ante la Comisión Nacional de Orden del PAN, sus colaboradores sólo acreditaron poco más de 66 mil, mientras que la gente de Josefina presentó casi 104 mil.
Segundo en encuestas… y segundo en firmas.
Que inesperada fue la llegada ayer del secretario de Seguridad Pública federal, Genaro García Luna, a una reunión informal de funcionarios de comunicación social y reporteros que cubren “la fuente”. El funcionario no tenía un acercamiento de este tipo desde hace al menos dos años.
García Luna arribó en helicóptero al Centro de Mando de la Policía Federal en Iztapalapa para convivir con los comunicadores. Se le vio contento y haciendo declaraciones off the record sobre diversos aspectos de seguridad en el país, pero sobre todo acerca de la situación de las corporaciones policiacas locales que todavía dejan mucho que desear para un combate eficaz al crimen organizado.
Que el próximo año Carlos Acosta, hijo de Rafael Acosta, Juanito, pretende disputar la jefatura delegacional en Iztapalapa, por lo que ya empezó a recorrer la demarcación los fines de semana, en calidad de simpatizante del PRI.
Sin embargo, la compañía de su famoso papá resulta contraproducente, ya que en la delegación a quien reconocen es a Juanito, mientras que el joven sólo queda en el papel de acompañante.
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