Dijo Borges que "el mundo, para el europeo, es un cosmos, en el que cada cual íntimamente corresponde a la función que ejerce; para el argentino, es un caos".
¿Qué es para los mexicanos de hoy? No un cosmos porque, con honrosas excepciones, nos negamos a diario la posibilidad de pensar en grande. Y el mundo tampoco es para nosotros un caos. Sabemos que el desastre que vivimos responde a un orden: el diseñado por la mafia política, mediática y económica que no solo se robó las elecciones en 2006, sino que ahora encuentra condiciones, porque las creó, para que no vuelva a haber elecciones en nuestro país. Ni antidemocráticas ni democráticas.
Estoy enterado de que ya hay diálogo entre líderes del PRI, del PAN y de la "izquierda" para, empezando en Michoacán, buscar la forma de "elegir" gobernantes sin votaciones. Es que, lógicos que son los señores que mandan, no puede el país permitirse el riesgo, dicen, de que el narco llegue a la administración pública a través de las urnas comiciales.
Ya ven los ejecutados en Guerrero a pocos días de que la gente vaya a las casillas a votar. Cínicos. En el orden que han estructurado lo que sigue, para ellos, es construir un sistema, como el del viejo PRI que tanto les benefició, en el que esa tercera parte de los ciudadanos que quiere cambiar las cosas (hoy dirigida por Andrés Manuel López Obrador) no tenga ninguna posibilidad de éxito.
Habrá que seguir luchando para impedirlo.
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