No tengo información privilegiada de ningún tipo. Así que mis siguientes palabras son producto de mi reflexión, no de lo que me haya contado nadie.
La elección del candidato de los partidos de izquierda a la jefatura de gobierno del Distrito Federal se realizará, seguramente a principios del próximo año, mediante una encuesta.
Podría haber una contienda interna abierta a todos los ciudadanos que deseen votar, pero no es probable que tal ocurra.
Sea lo que fuera, esta misma semana, antes de que Andrés Manuel López Obrador arranque su gira, el viernes, en la capital mexicana, se conocerá el nombre del político al que el movimiento MORENA apoyará como precandidato a la jefatura de gobierno.
López Obrador solo apoyará a uno de los aspirantes a gobernar el Distrito Federal, y será aquel que los cálculos políticos y electorales de Marcelo Ebrard Casaubón ya han escogido.
Eso no eliminará a ningún otro precandidato, pero tendrá gran ventaja, que podría ser decisiva en una sociedad que es mayoritariamente de izquierda, aquella persona que MORENA decida apoyar.
Supongo que Ebrard ha analizado con seriedad, es decir, no solo pensando en sus afectos o intereses personales, cuál es la mejor opción para que la izquierda siga gobernando al DF.
Los políticos que Ebrard ha sometido a análisis para elegir al mejor son los siguientes:
1.- Alejandra Barrales.
2.- Miguel Ángel Mancera.
3.- Martí Batres.
4.- Carlos Navarrete.
5.- Mario Delgado.
Si Ebrard decidió “con el corazón”, el candidato que apoyará MORENA será Mario Delgado, pero no creo que sea el caso porque su posición en las encuestas, último en todas, implica no solo un riesgo de derrota en el DF, sino muy poco apoyo para la campaña presidencial de López Obrador.
Si Ebrard decidió con estadísticas, MORENA apoyará a Alejandra Barrales o a Miguel Ángel Mancera. Este es el escenario más probable.
Si Ebrard decidió pensando en reconciliarse con la izquierda radical que lo rechaza, el precandidato de MORENA será Martí Batres. No es muy probable que ocurra, pero tampoco es descartable.
Y si Ebrard decidió honrar sus acuerdos del pasado con los chuchos del PRD, el precandidato de MORENA será Carlos Navarrete. Esta es la opción menos probable de todas.
No sé si Ebrard le dio a AMLO un solo nombre para que MORENA lo apoye o si le dio a escoger entre dos de los mencionados.
Sí sé que AMLO no puede empezar su gira por el DF sin apoyar a un son solo aspirante a la jefatura de gobierno.
Porque si bien lo equitativo sería subirlos a todos los templetes, si eso se hiciera los mítines de Andrés Manuel se convertirían en duelos de porras que en nada ayudarían al candidato presidencial de izquierda.
Muy pronto conoceremos al aspirante al que, con toda claridad, apoyarán AMLO y MORENA para la jefatura de gobierno, lo que, insisto, no elimina a los otros, pero sin duda los deja en condiciones de debilidad a la hora en que se levante la encuesta o se realice una elección interna abierta.
Ese es el estilo de López Obrador, que no ha variado en las últimas disputas por liderazgos o candidaturas en la izquierda.
Hace seis años, AMLO apoyó a Ebrard frente a Jesús Ortega en la contienda por la candidatura a la jefatura de gobierno, y ganó Ebrard.
Después, López Obrador apoyó a Alejandro Encinas frente a Ortega en la pelea por la dirigencia nacional del PRD, y ganó Ortega.
Es decir, en los partidos de izquierda AMLO gana y pierde más o menos con la misma frecuencia.
Recientemente, AMLO decidió ir en contra de todos los líderes del PRD que buscaban una alianza con el PAN en la elección de gobernador del Estado de México, y se salió con la suya.
Ahora, gane o pierda en la competencia por elegir al candidato al GDF, Andrés Manuel apoyará a un candidato, lo que es democrático, correcto y políticamente muy sano.
Si después del apoyo que AMLO le dé a un solo aspirante otros deciden llegar hasta la encuesta o la elección interna, la contienda será limpia, y si no gana el favorito de López Obrador, el candidato presidencial trabajará con el que resulte vencedor.
Es lo que, pienso, pasará. Así que, en estos días, conoceremos el nombre del candidato de López Obrador y MORENA. Ojalá nadie se enoje ni quede “sentido”.
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