domingo, 11 de diciembre de 2011

El Despertar-- El difícil camino del triunfo

José Agustín Ortiz Pinchetti
La causa progresista se ha reposicionado en semanas recientes. Tiene en AMLO un candidato fuerte con capacidad para resistir la más dura adversidad. Cuenta con un gran movimiento que ha construido desde sus cimientos y puede desarrollar gran potencial. Los grupos y partidos de izquierda han suspendido conflictos y parecen disciplinados. Tiene un proyecto articulado y viable, y prestigio como buen gobernante y líder poderoso y mesurado. Pero no será fácil su triunfo porque el sector más duro de la oligarquía se opone a una reforma en serio y usará sus recursos para bloquearle el camino a como dé lugar.

Para ganar, AMLO y su alianza tendrán que aprovechar al máximo la oportunidad que se presenta: la doctrina de sus adversarios está agotada, las diferencias sociales y la miseria han aumentado, la economía está mal y empeorará. El PRI tiene un candidato vulnerable apoyado por políticos y plutócratas envejecidos y corruptos. Lo mejor del PRI ha sido marginado. Sin embargo, tiene como arma la publicidad masiva y la complicidad de los factores de poder. El Frente Progresista deberá imaginar vías nuevas para que sus propuestas sean conocidas y entusiasmen a la población.

El PRI ofrece la restauración del sistema. Su candidato habla de una restructura institucional para volver a la presidencia imperial. El PAN quiere continuar en la misma línea a pesar de la tragedia en que ha metido al país al intentar combatir a la delincuencia sin objetivos estratégicos y utilizando cuerpos de seguridad que están, en gran medida, infiltrados por el enemigo.

AMLO ha logrado cohesionar y organizar a sus partidarios, pero debe convencer a la gente que sus adversarios son mentirosos y calumniadores y que la oferta que presentan está agotada. Sólo podrá ganar si los empresarios y la clase media se convencen de que sin un cambio de rumbo el país terminará hundiéndose y sus vidas y patrimonios estarán en grave riesgo.

AMLO y su alianza tendrán que corregir errores. El peor es la destructividad interna. El gran potencial de su candidatura puede verse menguado sin el apoyo de las burocracias de los partidos de izquierda. Debe aprovechar su capacidad de debate y acercarse a todos los sectores no vinculados a grupos y personajes reaccionarios.

AMLO y la alianza tienen que utilizar sus activos. El principal es el Morena, constituido por cientos de miles de gentes que ahora deben demostrar que el entusiasmo que se observa en los mítines se convierte en disciplina y organización. La prueba de fuego se presentará cuando tenga que promover el voto y defenderlo: el reto es consolidar la estructura de vigilancia electoral. Si no lo logra, no podrá ganar.

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