PORQUE SOMOS MEXICANOS.SI SEÑOR, CON COMPROMISO Y DIGNIDAD PARA CUMPLIR OBLIGACIONES Y EXIGIR DERECHOS COMO HOMBRES Y MUJERES LIBRES. (("No me preocupa el grito de los violentos, de los corruptos, de los deshonestos, de los sin ética. Lo que más me preocupa es el silencio de los buenos." Martin Luther King)) PASE USTED POR SU DERECHO A LA VERDAD!!!! BIENVENIDO!!!
martes, 11 de enero de 2011
José Antonio Crespo--- Horizonte mexiquense
Cierto revuelo ha suscitado el lanzamiento de Alejandro Encinas como aspirante de la izquierda unida al gobierno mexiquense, con el espaldarazo de Marcelo Ebrard, además del de Andrés Manuel López Obrador con el que ya contaba. El suceso genera las siguientes reflexiones:
1) Ha trascendido que la moneda de cambio para el visto bueno de Los Chuchos a Alejandro Encinas es que la coordinación en la Cámara de Diputados recaerá en uno de sus miembros, bien Jesús Zambrano o Guadalupe Acosta Naranjo. Sin embargo, a Jesús Ortega se le vio molesto, y alcanzó a poner el condicionamiento de una consulta ciudadana antes de que se pueda decir que ese arroz ya se coció. Las heridas generadas por la última contienda para la dirigencia nacional del PRD, que fue un auténtico cochinero culminado con la injerencia del TEPJF, quien, en lugar de anular los comicios y dejar al PRD la responsabilidad de resarcir la elección, se inclinó por Ortega, generando más división en un partido de por sí dividido.
2) Si bien la candidatura de Encinas preservaría la unidad de la izquierda partidista, PRD, PT y PC, con lo cual se conjura una candidatura aparte del PT, como se había perfilado, la posibilidad de Coalición con el PAN se esfumaría. Ni al PAN le parece Encinas (obradorista hasta la médula) como candidato, ni éste ni su mentor, López Obrador, aceptarían ir con el PAN. No estamos, ni de lejos, ante las circunstancias oaxaqueñas. López Obrador calcula que una coalición exitosa PAN-PRD en el estado de México podría despejar el terreno para otra coalición semejante en la elección presidencial, que dejaría al Peje sin posibilidades de triunfo.
3) Muchos calculamos que sólo una coalición PAN-PRD tendría posibilidades de desafiar al PRI en esa entidad, aunque siempre y cuando contara con un buen candidato, que no se ve. Al menguar dicha posibilidad, los priístas están de plácemes, aunque requieren dar prisa en mostrar sus cartas nombrando ya a su abanderado. Encinas quiere mostrar optimismo señalando que la izquierda, aún sin alianza con el PAN, puede ganar. Eso es posible en una entidad bipartidista, pero el estado de México es tripartidista. Encinas hace números alegres al señalar que en 2006 la alianza de izquierda arrolló en esa entidad; vaya manera de autoengaño. Las condiciones de esa elección no tienen absolutamente nada que ver con una para gobernador; no habrá el arrastre que tuvo López Obrador por más que haga intensa campaña. Desde luego, las probabilidades de Encinas se elevarían significativamente si el PAN decidiera no llevar candidato a gobernador, como algunos han sugerido. Ese escenario sería incluso más peligroso para el PRI que una coalición PAN-PRD, pero con candidato propio del PT que fungiría como esquirol electoral. Por lo pronto, Luis Felipe Bravo Mena se ha descartado. Pero al PAN le resultaría muy onerosa dicha estrategia para la elección de diputados locales. A menos que Felipe Calderón estuviera dispuesto a pagar ese costo con tal de ponerle una gran zancadilla a Enrique Peña Nieto. Queda abierta esa incógnita.
4) Y también queda pendiente la legalidad del registro de Encinas como candidato, al no cumplir los requisitos exigidos por la ley para ello, según aclaró el propio Encinas al declinar en primer término ese privilegio. Él dio en ese entonces como razón para declinar que “me faltan cinco meses para acreditar la residencia con una salvedad adicional, que actualmente soy diputado por el DF”. Los datos publicados señalan que el precandidato se avecindó en la entidad en diciembre de 2006; estaría recién cumpliendo cuatro de los cinco años que exige la ley. Pero ahora, tras aceptar su postulación, afirma que “Tengo establecida mi residencia desde 1979 en estado de México”. ¿Cuál es la afirmación correcta, la de antes o la de ahora? Suponiendo que, como acusan PRD y PAN, cuatro de los siete consejeros del Instituto Electoral de la entidad son filopriístas —teoría nada descabellada—, votarán contra el registro. Y si dicha decisión se ratifica en el TEPJF, pese al ruido y las acusaciones de que “la mafia metió mano negra”, habría que rehacer por completo los escenarios que ahora se esbozan.
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