No es novedad que la Suprema Corte de Justicia de la Nación avale medidas inconstitucionales en detrimento de nuestra soberanía y del respeto fundamental a los derechos humanos de los mexicanos. Pruebas sobran.
En particular me refiero al aval que dio a los "contratos integrales" de PEMEX, que permitirán la entrega del control del petróleo mexicano a transnacionales.
La Constitución Política establece con claridad el dominio directo del Estado sobre una serie de bienes y, en particular, sobre los hidrocarburos.
Recientemente, el investigador en asuntos jurídicos de la UNAM, Daniel Márquez Gómez, hizo referencia al artículo 27 Constitucional, que indica: "Corresponde a la nación el dominio directo de todos los recursos naturales (...) tratándose del petróleo y los carburos de hidrógenos sólidos, líquidos y gaseosos NO SE OTORGARÁN CONCESIONES NI CONTRATOS NI SUBSISTIRÁN LOS QUE EN SU CASO SE HAYAN OTORGADO, y la nación llevará a cabo la explotación de esos productos en los términos que señale la ley reglamentaria respectiva".
El investigador explicó que la nación, el pueblo políticamente ORGANIZADO, es la única facultada para llevar a cabo la explotación de esos productos. El problema, dijo, es que la Ley de Pemex -- aprobada por el Congreso de la Unión en 2008 -- establece un régimen de excepción para la petrolera, al margen de la ley suprema.
Recordemos qué partidos hacen la mayoría en el Congreso.
Legisladores del PRI y del PAN avalan, igual que la Suprema Corte, medidas que ponen en riesgo nuestra soberanía al permitir que particulares, nacionales y extranjeros, violando nuestra Ley Suprema, se apoderen del petróleo.
Es verdad que la ola de violencia, la crisis económica y el aumento de la pobreza acaparan la atención de los ciudadanos y aparentemente hacen que temas tan importantes como el control del petróleo pase a segundo término, sin embrago, y por fortuna, el Movimiento Nacional por la Transformación del País no quita el dedo del renglón sobre la defensa de nuestra soberanía.
La organización y la estructura que se ha logrado dentro del Movimiento, permitirá que retomemos la defensa del petróleo. Estamos listos para acudir al llamado en cuanto se pretenda llevar a cabo la privatización del hidrocarburo.
El pueblo ORGANIZADO e informado tiene la última palabra, no los que firmaron cheques en blanco para usurpar el poder.
Hay muchos frentes abiertos para confundir a la población, la lucha por el 2012 ya inició y los medios de comunicación nos saturarán con las mismas mentiras para mantener en el poder a la derecha, sea PRI o PAN, para el caso es lo mismo.
Lo que tenemos que hacer es priorizar.
La defensa del petróleo y de la economía popular siguen siendo objetivos de nuestra lucha pacífica por un México mejor para todos los mexicanos.
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