Al momento de escribir esta columna el periodista Joaquín López Dóriga se ha vuelto uno de los temas más comentados en la red social Twitter en México.
Aparentemente algunos tuiteros esperaban que el fallido “teacher” del idioma inglés hiciera algún reporte si no crítico, al menos puntual sobre los incidentes gemelos de la FIL y de los comentarios clasistas de su hija Paulina Peña Pretelini y su novio en Twitter.
Esperanzas bien intencionadas, pero completamente fuera de lugar.
A pesar de que el incidente de la FIL muestra a Peña Nieto como un completo ignorante y el de su hija desnuda el clasismo que es cosa común entre las familias privilegiadas de México, el candidato copetón fue protegido por quienes lo crearon e inflaron, los televisos.
A Joaquín no se le “arrugó”, ni se le “frunció” con EPN. Simplemente se desnudó como lo que es, un vulgar porrista más del Frankenstein de Atlacomulco.
Así como el escorpión de la fábula no puede evitar picar a la rana que cruzaba el rio aunque esto le signifique la muerte, López Dóriga no puede evitar mentir ya que es parte de su naturaleza.
Esta noche también significa el primer round de muchos que se avecinan entre las mentiras de Televisa y la verdad difundida en redes sociales. Ya veremos cuál es el resultado final a mediados del próximo año.
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